Gesto político para fortalecer la democracia


Cuando destacamos, a pesar de sus imperfecciones, a la democracia como el mejor sistema de gobierno que existe, debemos entender que la forma de elección, por el que el pueblo delega el poder a sus mandatarios, debe imperiosamente ser transparente. Este es un factor esencial para que la democracia, por la que tanto luchamos sea contemplada como válida.

La trascendencia de este debate se magnifica en tiempos en donde la alternancia en el poder ha demostrado que sin representantes que defiendan los intereses reales de la gente, el cambio en la administración del Estado es una simple variante cromática. Sin cambios en la praxis política. Sin que los parlamentarios, que ostentan la representación de la gente, puedan defender los intereses reales de sus votantes. Sin que los ciudadanos se sientan respaldados por la gestión legislativa.

A esta realidad política debemos agregarle componentes que influyen negativamente en la percepción de la democracia que tiene la gente. Una verdad apreciada es que se puede hablar sin temor a represalias, en contrapartida, este sistema de gobierno no le ha dado pan a las personas, ni empleo, ni educación eficiente, ni salud adecuada a las necesidades, y ha incrementado de forma exponencial los índices de inseguridad en todo el país. Analizando estos factores es comprensible que exista un creciente índice que señala una añoranza preocupante a regímenes dictatoriales como históricamente tuvimos que sufrir en el Paraguay, y cuyos resultados conocemos vastamente.

Otros componentes que se suman a esta coyuntura y por los que se explica – en ocasiones hasta de forma tendenciosa y alejada de las responsabilidades particulares de los grupos políticos que evidentemente tienen su cuota de compromiso – el estado en el que nos encontramos como sociedad, son la corrupción y a la impunidad. Ingredientes que le dan el toque de distinción a la calidad de vida que tenemos en el país. Son como la rúbrica que diferencia a nuestra sociedad, que pinta de cuerpo completo lo que somos, diferenciándonos de otros ejemplos mundiales.

Volviendo al motivo inicial de este comentario, sin despreciar los demás factores que también requieren de un estudio acabado, y que influyen en este punto específico del panorama político social que intentamos analizar; es momento de entender que el sistema de elección de autoridades debe ser modificado. Para ello existen dos intenciones que se vienen discutiendo, que demuestran el divorcio entre la voluntad de la gente y la predisposición de los actores políticos que dicen representarlos. Estos son, la inscripción automática al padrón electoral y el desbloqueo de las listas en las elecciones.

El Tribunal Superior de Justicia Electoral ha sido en los últimos tiempos el botín de los partidos políticos que han engrosado su presupuesto para mantener operadores pagados con la plata de todos. Así logran sustentar sus estructuras electorales en tiempos en donde la maquinaria marca la diferencia a favor de uno u otro candidato.

Para intentar disminuir la cantidad de empleados ocasionales, planilleros y operadores políticos de todos los partidos, se planteó como una solución, facilitar de alguna manera el trabajo de la Justicia Electoral, que básicamente tiene como uno de sus objetivos conseguir que los jóvenes se empadronen en las planillas de votación para estar aptos para sufragar. Una salida sugerida fue la inscripción automática en el padrón electoral al cumplir los 18 años. Esta intención puede sufrir algunas modificaciones que ayuden a un mejor funcionamiento del sistema.

Sin embargo, hasta ahora, a pesar de las expresiones de los partidos, casi unánimes a favor del mismo, los representantes de la Cámara de Diputados no se han dignado en sentarse a discutir el tema. Pueden estar o no de acuerdo, lógicamente, de todas formas el pecado más grave que comenten y en el que desnudan sus intenciones reales es que ni siquiera hacen quórum para iniciar este debate. Esta tarde a las 15 hs. tienen una nueva convocatoria para demostrar que están interesados realmente en tratar el asunto, aunque, sabemos que disminuir el cupo que ellos mismos tienen en la Justicia Electoral es un aspecto que no les simpatiza para nada.

Lo que tiene que ver con el desbloqueo de las listas electorales ya es un factor en el que algunos, después de muchas intentonas fracasadas de tratar seriamente el tema, se sacaron la careta y se sinceraron. El propio Presidente del Congreso, el senador colorado Oscar González Daher señaló públicamente que la discusión no va a tener un resultado esperado por la ciudadanía, puesto que esta variación en el Código Electoral sería la traba insalvable para que muchos de sus colegas, incluyéndolo a él suponemos, no vuelvan a ocupar una banca en el Parlamento.

Con las listas cerradas, el único esfuerzo que deben hacer los que deseen integrar estas nóminas, es solventar generosamente campañas presidenciales, u ocuparse de mantener contentos a los líderes partidarios, quienes le brindarán su respaldo para continuar cómodos en las posiciones más apetecibles de las listas de su partido.

Luego de más de 22 años de la caída de la cruel y sangrienta dictadura de Alfredo Stroessner, en el Paraguay llegó el momento en que las necesidades fueron mutando y las mismas aumentaron su carácter cualitativo. Antes pedíamos libertad de expresión y elecciones libres. Hoy, tras conquistar parte de aquellas reivindicaciones, el clamor popular es una mayor calidad en la representatividad en los cargos electivos. Ya no sirve conocer el mecanismo de elección de autoridades, ya no nos conmueve saber que las jornadas electorales son transparentes, ya no nos emociona ver alternancia en el poder.

Queremos pan, queremos trabajo, queremos justicia, queremos educación, queremos salud, queremos reforma agraria, queremos seguridad, queremos eliminar la desigualdad social, queremos un futuro mejor para todos.

Una de las soluciones a todos estos problemas estructurales que nos agobian es conseguir que las autoridades electas representen real y efectivamente a los intereses del pueblo. Y no que se pasen defendiendo los intereses de sus patrones mafiosos y corruptos. Tampoco que continúen alimentando su sistema de eternización en el poder a costa de las necesidades de la gente.

Los paraguayos entendimos que este es el mecanismo para iniciar un cambio real en el país. Por eso exigimos y lo seguiremos haciendo, a pesar de los cada vez más pálidos intentos de los políticos por sustentar un sistema que está totalmente agotado. Aunque quizá sea en vano, esperamos un gesto patriótico de su parte, para que al fin demuestren que no solamente viven pensando en defender sus zoquetes. Si no lo entienden, se lo recordaremos, estén seguros de esto.

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