Novela azul y de todos los colores


Un mamarracho de consecuencias impredecibles es lo que están haciendo los liberales. La intención de llegar a un acuerdo, sin heridos en las diferentes carpas, buscando construir chances sólidas de llegar al poder en el 2013 quedó como el capítulo más increíble de la historia de la política de nuestro país.

El domingo, al cierre de este sistema peculiar de selección de candidatos, una encuesta grande en forma de votación, ya se iniciaron las primeras escaramuzas. Los miembros del Tribunal Electoral Independiente del PLRA, cansados de tanto trabajo, cerraron un cómputo preliminar, con una diferencia a favor del Presidente del Directorio, el senador Blas Llano de 49 votos por encima de su rival, Efraín Alegre. Ambos postulantes, de acuerdo a sus encuestas y conteos rápidos se declararon vencedores de esta compulsa.

Desde el lunes se caldearon los ánimos con la guerra que significó la verificación y conteo de las actas para comenzar a tener el resultado definitivo. Las batucadas, acompañadas de seguidores de ambos movimientos internos se apostaron frente al local partidario para hacer demostraciones de fuerza. Mediante cánticos y con un incesante intercambio de golpes entre los adherentes. El martes, la misma situación, tensa espera con peleas frecuentes por los más mínimos detalles que pudieran inclinar la balanza hacia cada sector. En medio de este escenario caótico, los principales referentes de los dos movimientos en lugar de apaciguar los ánimos se ratificaban en sus respectivas victorias y de paso comenzaban a acusar a los contrarios de una conducta inapropiada.

Si todo este panorama le parecía impactante, dentro de la novela liberal, el Presidente del TEI Carlos María Aquino salió hoy en medio de lágrimas a defenderse ante tantos cuestionamientos que está recibiendo por la increíble y exasperante lentitud con la que están juzgando las actas. Manuel Morínigo, apoderado del movimiento Paraguay Alegre, se instaló en el patio del PLRA y comenzó una huelga de hambre. Dijo que se va a disponer a mirar la caída de su partido, con este escenario que se plantea actualmente. Lo peor, en medio de la Semana Santa, los ánimos continuarán caldeados, la adrenalina y la irracionalidad moverá los equipos de ambos sectores y el daño que pueda sentir el Partido Liberal es incalculable.

Lo más simpático de todo es que en las redes sociales y otros espacios uno puede ver que personas afines a otros partidos políticos salen a cuestionar ácidamente a los azules y a reírse de lo que está pasando en este proceso de selección de candidatos.

Sin el menor ánimo de defender lo que sucede en el PLRA quiero recordar que los colorados no tienen cara para hablar de fraudes y de violación a la voluntad popular. Su historia está manchada con fraudes electorales reconocidos hasta en el propio ámbito parlamentario. Los izquierdistas, atomizados como están no tienen elementos para hablar de consenso y tolerancia. Entre ellos se pelean y con extrema facilidad se dividen y forman otro partido político. En el UNACE y Patria Querida el panorama es diferente a lo que se vive, porque ahí los candidatos son digitados, por un líder impoluto o por un acuerdo entre cuatro paredes. En los partidos minoritarios y movimientos de todos los colores pasa casi lo mismo.

Finalmente, lo que sucede en el Partido Liberal Radical Auténtico no es más que la descripción más cercana de la esencia de la clase política paraguaya. El color de esta pelea hoy es azul, pero antes fue roja, verde, amarilla, naranja o del color adecuado a la ocasión. No olvidemos el descrédito que tienen los políticos en nuestro país. Los liberales son el tema de moda. La práctica habitual demuestra que así son los dirigentes que tenemos en el Paraguay

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